Amenazas internas de UAS: el papel del Departamento de Defensa


El AUVSI Cumbre UAS y AAM de Nueva Inglaterra en Cambridge, MA, con el tema “Si lo construimos, ¿vendrán?” reunió a líderes de la industria y del gobierno para discutir el futuro de los UAS y la movilidad aérea avanzada. Entre las sesiones destacadas, ocupó un lugar central el discurso de apertura del Departamento de Defensa (DoD) sobre las implicaciones de políticas y autoridades para contrarrestar las amenazas internas de los UAS. Impartida de forma remota por Blake Stone, analista de políticas de la Oficina Conjunta Contra los UAS (JCO), la sesión subrayó la escala de las amenazas que plantean los pequeños UAS, el papel del Departamento de Defensa y los esfuerzos de colaboración necesarios para mitigar esos riesgos. (Nota: el contenido de la sesión representó las opiniones y la comprensión personales del Sr. Stone y no se puede suponer que represente al Departamento de Defensa de los EE. UU.)

Comprender el papel de la Oficina Conjunta Contra los UAS

Stone preparó el escenario al explicar el mandato de la JCO como brazo de ejecución de la responsabilidad del Secretario del Ejército para las iniciativas contra los UAS pequeños, centrándose en la política, la autoridad y la interoperabilidad entre agencias. “Nuestro trabajo es reunir a las agencias para resolver el problema de manera colectiva”, afirmó Stone, enfatizando que la amenaza de los UAS se aplica a las partes interesadas federales, estatales, locales e incluso del sector privado. Dado que los drones siguen proliferando, crear soluciones compartidas y mejorar la concienciación sobre el espacio aéreo es esencial para la seguridad en todo el país.

La JCO está trabajando activamente para integrar la coordinación entre agencias y crear sistemas interoperables contra UAS (c-UAS). Stone destacó que las amenazas de los UAS no son exclusivas del Departamento de Defensa o de las entidades gubernamentales: afectan a todas las áreas, incluida la infraestructura crítica administrada por empresas privadas, así como por las autoridades estatales, locales y tribales (SLTT). «Si la tecnología existe en otros lugares, tenemos que asumir que terminará aquí», advirtió, refiriéndose al uso continuo de drones en zonas de conflicto global como Ucrania como un presagio de posibles riesgos internos.

Amenazas y desafíos legales en evolución

Al destacar la naturaleza compleja y en evolución de las amenazas de los UAS, Stone destacó la adaptabilidad de los actores de amenazas en todo el mundo. Los drones utilizados por los cárteles para contrabandear a las cárceles estadounidenses, por ejemplo, son tan sofisticados tecnológicamente como los desplegados en conflictos militares, afirmó. Esta adaptabilidad, junto con la baja barrera de entrada para el uso malicioso de drones, exige que las defensas nacionales evolucionen. Sin embargo, Stone reconoció: «Estamos operando dentro de un marco legal y regulatorio que no fue diseñado para las amenazas actuales».

Actualmente, sólo cuatro agencias federales tienen la autoridad para llevar a cabo operaciones activas contra los UAS, debido a restricciones como la Ley de escuchas telefónicas y las disposiciones sobre piratería aérea. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en coordinación con el Departamento de Defensa, está explorando un posible programa piloto para ampliar las capacidades contra los UAS a un número selecto de agencias policiales estatales y locales. Este programa autorizaría a estas agencias a utilizar sensores y efectores anti-UAS preaprobados, lo que permitiría medidas de defensa más sólidas a nivel estatal y local.

Mejora del conocimiento del dominio aéreo compartido en tiempo real

Según Stone, lograr una conciencia compartida sobre el dominio aéreo entre las agencias es un objetivo fundamental para el Departamento de Defensa y la JCO. Un marco nacional que permita a las agencias acceder a datos de UAS no clasificados en tiempo real ayudaría a agilizar las respuestas a las amenazas y coordinar acciones defensivas. El Departamento de Defensa tiene como objetivo implementar la fusión de datos de sensores comunes, permitiendo que las instalaciones adyacentes compartan información sobre el dominio aéreo. Stone insinuó que la Región de la Capital Nacional podría estar entre las primeras áreas en beneficiarse de este enfoque integrado, que dependería en gran medida de la detección pasiva de RF (radiofrecuencia) para identificar drones no autorizados.

La interpretación legal de los datos de RF pasivos según la Ley de Protección de Comunicaciones Electrónicas del Título 18 aún está en discusión, agregó Stone, ya que podría afectar la forma en que las agencias federales y locales usan ciertas tecnologías contra los UAS. Determinar si los datos de RF pasivos pueden interceptarse legalmente será fundamental para ampliar las capacidades de detección de amenazas de los UAS.

Un frente unificado para hacer frente a las crecientes amenazas de los UAS

Stone concluyó con un llamamiento al pensamiento crítico y colaborativo, haciéndose eco del general Davis de NorthComm: “La solución a la amenaza de los UAS es mayor de lo que cualquier agencia puede resolver”. A medida que los drones crecen tanto en número como en capacidad, las agencias federales, las fuerzas del orden y los propietarios de infraestructuras críticas deben trabajar colectivamente, construyendo un enfoque unificado para proteger contra amenazas futuras.

La discusión destacó el compromiso del Departamento de Defensa de fomentar la integración interinstitucional y abordar los desafíos políticos al tiempo que fomenta nuevas vías de colaboración. Con esfuerzos compartidos en todos los sectores, Estados Unidos pretende mantenerse a la vanguardia del cambiante panorama de amenazas de los UAS, centrándose en salvaguardar tanto la seguridad nacional como la seguridad pública.

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